domingo, 29 de mayo de 2016

CREACIÓN LITERARIA: 2 CUENTOS


Creación Literaria:
2 cuentos

el mundo de la amistad
 



Había una vez en un hermoso lugar, una niña llamada Fatima, era muy lista, amigable y le encantaba el chocolate. Fatima tenía una amiga que se llamaba Miel, que era su mejor amiga.


Ellas se la pasaban juntas casi todo el día, pues el lugar donde vivían era un mundo fuera de lo común, éste tenía cascadas flotantes, flores muy bellas y mágicas de muchos olores y colores, lo raro era que este mundo solamente tenía dos casas, una de color amarillo donde vivía Miel, y la otra de color morado donde vivía Fatima, pues esos eran sus colores favoritos. Habitaban solas en ese mundo con un perro que se llamaba Caliman, era un perrito muy cariñoso que se la pasaba junto a ellas.

Un día, Fatima, Miel y Caliman quisieron viajar para ver si no eran las únicas que habitaban allí; se fueron en un cohete que tenían guardado, pasaron días y noches y no llegaban a ninguna parte; pero de pronto, llegan a una ciudad de chocolate, los 3 se pusieron muy contentos, lo primero que hicieron al bajar del cohete fue correr a comer chocolate. De tanto comer se llenaron y les dolió la panza, pero más a Fatima, luego decidieron dejar de comer para poder seguir.
Se subieron al cohete, pasaron horas y después llegaron a un país oscuro y tenebroso, de repente, chocan en una casa, tuvieron que bajar pero ¡oh sorpresa!, salió algo terrorífico, se preguntaron que era, acaso un fantasma o un extraterrestre, Caliman lo intentó morder, pero el terrorífico extraterrestre voló y se fue.

Fatima, Miel y Caliman se quedaron muy asustados, pues el cohete no servía y se quedaron varados en medio de la nada. Llegó la noche y se metieron al cohete para dormir y luego dijeron que mañana lo arreglarían, y de tanto miedo no durmieron. Al llegar el día empezaron a arreglar el cohete y funcionó, en cuando empezó a avanzar, chocaron con el terrorífico extraterrestre, bajaron del cohete y lo intentaron matar, pero no pudieron, y Miel, Fatima y Caliman sacaron poderes de la amistad, pues en el mundo en el que ellas habitaban cada quien tenía un poder, regalo del mismo. Al ver que tenían poderes se dieron cuenta que eran hermanas, por eso su poder era el mismo, y vivían solas porque a todos los demás los había matado el terrorífico extraterrestre; sin embargo, con ellas no pudo cuando eran pequeñas porque su poder era más poderoso que el de él. Finalmente, con su grandioso poder lograron matarlo.

Volvieron a casa y se dieron cuenta que la fuerza más grande era el amor, y por supuesto la amistad que se tenían. Decidieron hacerle una casa a Caliman, pues él también era parte de la familia.
Miel y Fatima aprovecharon su amistad para resolver los problemas del mundo y vivieron felices por siempre.






       

 EL AMIGO JINETE
 

Había una vez en el pueblo más lejano del oeste, vivía un viejo barbón, alto, de ojos grandes y verdes llamado Luciana López; él habitaba en Tangamandapio con su señora madre doña Sara, su padre muy parecido a él, Jacinto, y 2 cariñosos y juguetones perros llamados Lucero y Mancha.
Cada mañana, como siempre, Luciano, acompañado de sus perros, iba a recoger leche fuera del pueblo por una larga y oscura calle; eran las 4 de la mañana, a la mitad del camino, Lucero, vuelta loca, empezó a chillar, tambalearse y ladrar. Luciano no sabía que le pasaba, cuando de pronto, a lo lejos, una sombra fea y oscura se apareció, parecía un jinete montado en su caballo, pero no se alcanzaba a distinguir muy bien; Luciano, muerto de miedo, cargó a Lucero y Mancha y salieron corriendo como flash.
Al llegar a su casa, Sara al ver tan pálido y frío a su hijo, le preguntó:
-¿y ora?, ¿a ti qué te pasó?
Luciano con un nudo en la garganta y con voz temblorosa respondió:
-vi-i-i, ¡vi a un jinete horrible!, hizo desmayarse a Lucero y corrí tan rápido como pude.
-Jajaja… ¡hay hijo!, no crees que ya estás grande pa esos cuentos.
Luciano enojado salió de la habitación y grito -¡era verdad!. Se fue a su cuarto con sus 2 queridas perras y les dijo aliviado:
- Aaaa… ya estamos a salvo, no teman, vengan, tranquilicémonos con el radio. Miren esta la canción que más me gusta, ¡la cucaracha!
Luciano junto con sus 2 perros empezó a bailar y cantar: -la cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar… vente Mancha, bailemos.
Pero al caer la noche, apareció el jinete; primero pasó al cuarto de doña Sara impresionada hizo que cayera al suelo, quedando inconsciente, luego siguió con el de don Jacinto ocurriéndole lo mismo, al final llega con Luciano, él se paraliza, las perras empiezan a ladrar, el jinete se baja de su caballo y camina hacia ellos, entonces Luciano agarra almohadas, libros, todo lo que tenía a su alrededor para aventárselo, pero nada funcionó, Mancha, como una heroína se arroja sobre el jinete, pero como el jinete era una sombra, lo atravesó y cayó en el buró, y Luciano lo miró fijamente viendo en el jinete los ojos de su amigo que falleció secuestrado hace años, pero nunca lo encontraron. Luciano entendió que él quería que lo sacaran de la fosa donde estaba; y la sombra y el caballo se desvanecieron.

Luciano contento, con doña Sara y don Jacinto, sacaron al jinete de la fosa, enterrándolo y dándole una muerte digna. Al volver a casa, felices, prendieron la radio y se pusieron a bailar la cucaracha, y entre fiesta y risas este cuento se ha acabado. 


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